En abril del año 2011 el pleno de la Asamblea Nacional declaró
a San Pedro de Riobamba como -Ciudad Politécnica, Universitaria y Tecnológica
del Ecuador-debido a que, entre otros elementos, albergaba a más de treinta mil
estudiantes provenientes de todas las regiones de la patria, incluida
Galápagos. Ha transcurrido un quinquenio
desde tal mención honorífica y hoy los dos centros educativos se hallan en las
peores crisis académicas de la historia. Grupos familiares de pésimo talante
intelectual se han aprovechado de la madre nutricia de la provincia para usufructuarla
cual botín de recursos económicos. Los
sueldos, supremamente elevados en comparación con el promedio nacional, van de
cuatro a cinco mil dólares entre funcionarios medios y altos, convirtiéndose
así en el deleitoso objetivo central de estos grupos. Pisoteando de esa manera el interés colectivo
y popular de construir una educación pública de calidad, pertinente a los
problemas sociales, educación que configure otro mundo posible. Sin embargo, esta ensenada de corrupción
ética no es la única dificultad ¿Qué estamos haciendo las y los ciudadanos
riobambeños frente a semejante abuso?
Poco o nada, aparte de las pocas voces que denuncian legítimamente estos
pillajes, la indiferencia o la permanente priorización de rutinas vuelcan nuestra vida a actitudes
sumamente apáticas con esta situación. Al
igual que con la salud no es sino hasta cuando enfermamos que nos importa lo
que sucede con los hospitales. Entonces
no es mal momento para actuar, las academias se encuentran enfermas; años corridos,
millones de dólares recibidos y las
mismas categorías de calificación obtenidas por las instituciones, B y C
respectivamente, los necios que conviven dentro no muestran alteración, mientras
sus remuneraciones se mantengan fijas esta no es su crisis, es a nosotros que
deseamos educar a nuestros hijos cerca de su tierra y deseamos hacia ellos un
futuro mejor, que debe perturbarnos la noticia. Bertolt Brecht decía “no aceptes lo habitual
como cosa natural, porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de
humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar”. Nuestras abuelas y abuelos lucharon para que
en la provincia haya oportunidad de educarse, corresponde a esta generación
precautelar ese sagrado derecho y exigir la libertad de las universidades ante
los oprobiosos encadenamientos internos, del ambicioso secuestro de pocos sobre
la educación de los muchos.
Aquiles Hervas Parra
14 de mayo de 2016.
Felicitaciones por tus comentarios y por ser parte de la defensa de una educación de calidad para Riobamba y el país y por la lucha de mucha gente que así lo concibió
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