viernes, 21 de abril de 2017

BATALLA DE TAPI, BATALLA DE AMÉRICA




Anida especial valor simbólico en la hazaña que el 21 de abril de 1822 se gestaría en la llanura de la ciudad de Riobamba, símbolo que hemos observado con poca hondura o que a su vez no hemos resaltado.  Lo que en primera y vaga impresión podría ser una pequeña localidad, es desde otra perspectiva uno de los símbolos más cargados de futuro en la región latinoamericana.  La batalla que dio definitiva independencia administrativa a Riobamba se peleó con militares, voluntarios y estrategas de todos los rincones de la patria grande americana.  Su General y Mariscal principal era venezolano, Antonio José de Sucre; el comandante que llevaría a cabo la acción determinante del escuadrón de granaderos fue argentino; Juan de Lavalle; entre las filas constaban escuadrones colombianos y peruanos: los Dragones y Cazadores montados respectivamente, entre estos últimos se hallaban varios chilenos incorporados; y, sobre todo, los integrantes del actual territorio nacional ecuatoriano donde desatacaba el importante apoyo de varias zonas y los firmes indígenas de las comunidades aledañas que respondieron a los llamados del espíritu emancipador de la época, partícipes que la mayoría de historiadores han omitido por invisibilidad o dándole menor importancia en unas cuantas líneas o sub-renglones.  Así el denominado -Ejército Libertador del Sur- era una maravillosa composición de patriotas de toda la región transfronteriza, pundonorosos sin egoísmo estrecho de límites nacionales, visionarios de alto calado y compromiso lejos de sus hogares, que derramaron su sangre y sudor donde nosotros en la actualidad caminamos sin cadenas.  Otro detalle de la batalla que debe resaltarse con énfasis fue la notoria diferencia numérica entre los realistas, más de cuatro centenas de soldados realistas frente a los libertarios con noventa y seis hombres.  Las tácticas establecidas  relativizaron la idea de lo pequeño versus lo grande, esto segundo sucumbió impotente ante la sagacidad e inteligencia implementada, cuestión que permitió dictaminar a la batalla como -el más brillante combate de caballería de las guerras de Independencia- en el criterio de varios historiadores. En tal sentido, la dignidad de este episodio por el cual gozamos de instituciones propias no reside solamente en su valor histórico sino además y sobre todo en la metafórica dimensión que esta sencilla localidad tiene respecto del continente.  Americanos de todos los rincones vinieron a pelear junto a nosotros, por tanto hacia toda Nuestroamérica deberemos situar nuestra mirada y acción, en este punto rugió la patria grande, en este punto haremos eco hoy.   La batalla de Tapi es el símbolo de la unidad en rigor, la diversidad con posición compartida respecto del mismo principio virtuoso, y aunque polisémico movía sus expectativas, la liberación.  La batalla de Tapi es a la vez el símbolo de falsedad de lo grande, el miedo residente en los mitos de grandeza estanca a las mentes cobardes, aquellas que alzan la cabeza borran esas magnitudes y brillan ingeniosas para acabar con gigantes.  Aún no somos libres, todavía vivimos en formas neocoloniales y es oportuno recordar este 21 de abril nuestra deuda con el continente, para que de este lugar que algunos llaman pequeño, desde el punto más cercano al sol, desde el potente pueblo de las primicias y con el símbolo americano reunido en nuestra Historia, irrumpan valerosas tramas tejidas de la siguiente emancipación.  Batalla de Tapi, batalla de América; Sueño de Riobamba Libre, sueño de Nuestroamérica.

Aquiles Hervas Parra
21 de abril del 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario