lunes, 9 de enero de 2017

LA TECNOLOGÍA NO ES PATRIMONIO OCCIDENTAL




Generalmente se escucha asociar los grandes logros tecnológicos a la civilización occidental o a la modernidad y en particular a la modernidad capitalista, no puedo sino advertir esta fama como falsa.  Si bien la historia ha sido escrita u oficializada por el poder cada vez son más conocidas las nuevas historias que ponen en conocimiento los descubrimientos, autorías y verdades de las tecnologías existentes durante tiempos previos a la etapa occidental denominada como moderna.  Ésta, en la mayoría de los casos, lo que hizo fue usurpar las bases técnicas inventadas en momentos pre-occidentales y acuñarlas como suyas aprovechando ciclos de hegemonía y control territorial.  El fondo de la reflexión es la presunción de que uno de los fines de usurpar la autoría inventiva de la tecnología es el de justificar su acaparamiento y control, es decir, de la mano de la atribución de la tecnología y sus avances se sitúa la legitimación de su valoración mercantil, dicho de otra manera: asumirse como los creadores de la tecnología sirve como excusa para obtener los beneficios exclusivos de convertirla en mercancía.  Un ejemplo indiscutible en esto es la industria mundial farmacéutica, la salud es una mercancía a la que se otorga acceso a quienes pueden pagarla; protegida por derechos de propiedad internacionales, en los cuales se desconoce las bases de descubrimiento médicos o curativos previos a las patentes globales, en algo tan delicado como la salud se evidencia la perversidad anti ética de la propiedad tecnológica, la muerte es su indignante símbolo.

Aquiles Hervas Parra
9 de enero del 2017

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