A propósito de la Cumbre
Internacional de países miembros de la CELAC salta ante nuestra interrogante de
para qué se requiriera niveles fuertes y concisos de integración regional entre
los Estados Nacionales que conforman la zona latinoamericana. Muy aparte de todos los vicios y corrupciones
de varios de los gobiernos que conforman el bloque auto proclamado como -progresista-
uno de los programas a mediano y largo plazo que se requiere observar con
detenimiento y valoración positiva es la estructuración de lazos
institucionales y legales a modo de base
para el avance acelerado de niveles compactos de integración regional supra
nacional. La dependencia del comercio
internacional entre los países de la región y los centros del sistema-mundo
global es de alto control a la autonomía y movimiento de las naciones
periféricas como la nuestra y nuestros vecinos continentales, la soberanía como
concepto y práctica se halla vulnerada y definida por las estrictas necesidades
e intereses de los grupos económicos de escala global, los cuales han expandido
una red de nodos a lo largo y ancho del mundo en la cual los nodos
latinoamericanos fungen estrictamente como nodos secundarios o terciarios,
proveedores de materias primas y en cierta proporción de fuerza laboral
internacional. Ante ello es urgente que
la región pueda compartir miradas cruzadas de sus potencialidades, capacidades
y especialidades económicas, y crear flujos de recursos en el espectro
nuestroamericano flujos que desplacen paulatinamente a la injerencia de corte
imperial de los citados grupos económicos a escala global. Además, éste no es un asunto meramente
económico, si miramos con hilvanado hilo el futuro podremos percatarnos que se
avecinan tiempos de tensión y re-estructuración de las fuerzas mundiales, ante
lo que es supremamente importante consolidar una identidad compartida entre los
países que conformamos el territorio latinoamericano, tenemos ventajas fuertes
como la lengua compartida, el pasado pre-hispánico común, la participación en
un semejante sistema de colonización, neo-colonización y explotación
semejantes, todo lo cual permiten mirar nuestro pasado de cara al horizonte
venidero con ojos que han llorado los mismos problemas aunque seamos
exquisitamente diversos. Como decía el
memorable intelectual revolucionario José Martí “Los pueblos latinos de
América han de volverse a juntar pronto, donde se vea o donde no se vea. El
corazón se los pide”. Así, y solo así las circunstancias venideras no nos
dejarán en la reiterada situación de vulnerabilidad y extrema injusticia en la
cual hemos estado sumidos a lo largo de la historia. El pueblo latinoamericano esboza un
sentimiento similar cuando rememora su existencia y aspira transformaciones
ulteriores que las siente, cada vez más próximas.
Aquiles Hervas Parra
1 de Febrero del 2015.
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