martes, 9 de febrero de 2016

FUERA ERDOĞAN DEL ECUADOR



Es probable que se fragüen debates atascados acerca de la tendencia ideológica del Presidente de la República entre detractores y simpatizantes, éste se auto proclama de izquierda aunque tenga severos momentos conservadores, una política económica tendiente al neo-keynesianismo y en general una apuesta al crecimiento económico desarrollista como vía programática, pero, en lo que no hay forma de discutir es que su boca varias veces ha expedido un discurso supuestamente anti imperialista.  Arremetía contra los regímenes norteamericanos aupando a sectores progresistas y hasta llegó a expulsar del territorio nacional a la base militar estadounidense apostada en Manta.  Es así que en uno de los tantos giros a los que nos tiene acostumbrados, el mandatario recibe en visita oficial a Recep Tayyip Erdoğan, Presidente de la República de Turquía.  ¿Quién es este infausto personaje? Lo resumiríamos en una palabra: muerte.  Se ha denunciado internacionalmente que Erdoğan y su familia compran el petróleo a ISIS, organización criminal rechazada a escala global por sus reiterados atentados mortales y responsable, entre otros, del conflicto reciente en Siria, así como en varios países de la región, el hijo del líder turco, Erdoğan junior, precisamente dirige una empresa energética en el país, y para sustentar esto se publicaron fotografías de ingentes cantidades de petróleo transportadas a la frontera turca.  También el gobierno turco ha sido desde la Guerra Fría hasta la actualidad uno de los principales aliados del gobierno norteamericano en las intervenciones militares sobre la zona del Medio Oriente y el cuidado de los intereses petroleros y energéticos del imperialismo mundial.  Recordemos que en la llamada Crisis de los Misiles de 1962 es precisamente Turquía el lugar donde los Estados Unidos ubican ojivas nucleares de capacidad de destrucción planetaria como arremetida geopolítica contra la Unión Soviética, que a su vez tenía localizado armamento análogo en Cuba.  Turquía ingresó a la OTAN en 1952 a partir de lo cual bases militares estadounidenses y de la Coalición se han instalado en el territorio otomano y en múltiples ocasiones han surgido desde ese punto las más cruentas y dolorosas invasiones y bombardeos, igual que en la actualidad; muchas de las fotos de niñas, niños y pobladores muertos en Siria proceden de misiones que arrancaron con el apoyo del gobierno de Erdoğan.  A esto agregamos que el régimen ha asesinado a centenares de militantes kurdos que exigen su legítima autonomía en la zona, masacres como la más reciente matanza de Cizre demuestra la perversidad y cruenta reproducción de la muerte que simboliza ese gobierno.  Por ello es que decir Fuera Erdoğan no es un acto de -malcriados- como lo cataloga el Presidente Rafael Correa, rechazarlo significa la mínima coherencia que el sentido común estipula contra personajes tan siniestros, pero claro no es de sorprenderse que nuestro gobierno “progresista”, en su afán desesperado por no desvincularse con los circuitos del capitalismo transnacional entregue en bandeja de plata la concesión del Puerto Bolívar a los tentáculos del vil imperio que hoy hegemoniza el mundo.  Nos quisiéramos detener a preguntar por qué el alfil Erdoğan entre varios países de Latinoamérica escogió acercarse al gobierno del Ecuador, la respuesta es obvia y no hay nada nuevo de lo cual admirarse. 

Aquiles Hervas Parra
9 de febrero de 2016

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