La Universidad Nacional de
Chimborazo se aproxima a un proceso electoral que definirá el futuro durante
los siguientes cinco años, elegirá autoridades centrales y representantes de
Consejos Directivos y Universitario. Es
conocido que el denominado -rierismo- gobernó durante quince años con una
administración de corte absolutista y reiterados actos de inmoralidad y
corrupción, época que se ha prolongado hasta la actualidad con dos
administraciones mal remedadas de sus tiempos madres. No he tenido la oportunidad de conocer al
candidato oficialista a Rector por lo cual ante sí no haré alusión, sin embargo,
estimo que este escrito puede funcionar para advertirle que se halla rodeado de
una preocupante calaña de personajes de alta capacidad para traicionar y maniobrar,
un sistema abigarrado de interconexiones familiares que han mirado por largo
tiempo en el alma máter su pozo de prebendas, y de los intereses personalistas
no han pasado nunca a un proyecto común de interés colectivo y función
transformadora de la educación ante la localidad, región, país y sociedad en
general. Esta afirmación va dirigida
estrictamente a esos grupos enquistados especialmente en los espacios de poder,
jamás a la comunidad universitaria que ama y aprecia su institución,
principalmente los estudiantes como hijos del pueblo. Lo aclaro por la vieja costumbre que tienen
de estigmatizar y responder a todos los críticos con la usada muletilla y apodo
de “enemigos de la universidad que le quieren hacer daño, hay que lavar los
trapos sucios en casa”, burda frase que resume su cobardía e incapacidad. El grave problema de fondo en el secuestro
que estos grupos familiares han efectuado, y que debe preocuparnos a todos como
ciudadanos, consiste en que no han permitido el desarrollo de la casona de
estudios, además de hundir en la categoría “C” durante el último proceso de
acreditación se ha reducido notoriamente el acceso, y, la universidad continúa
sin responder a las necesidades de la población, provincia y región. No hay un proyecto colectivo y coherente con
la realidad social, a cambio de ello las principales discusiones han sido la
elevación progresiva de los dorados sueldos de los altos mandos (hoy por encima
de los 5000 dólares), el aumento del gasto administrativo o la elección de la
reina y la comparsa; el grupo de funcionarios principales, autoridades,
decanos, subdecanos, directores departamentales y académicos ganan cuatro veces
el salario promedio de un docente académico o seis veces el de un trabajador
del sector privado, se convirtió así la educación pública en la mini hacienda
de quienes la cooptaron. Es probable que
el oficialismo vuelva a ganar las elecciones, las prácticas de siempre,
ofrecimiento de nombramientos, contratos, campañas despilfarradoras, amarres y
compra de consciencias, serían veinticinco años de la misma sopa, veremos si
los candidatos externos pueden con esa estructura de cacicazgos solapados o se
alienan a ella. La comunidad popular y
estudiantil deberá hacer lo suyo, reaccionar dignamente y presionar por una
Universidad Popular, Pública y coherente, en palabras de Platón -el precio de
desentenderse de la Política es ser gobernado por los peores hombres-, quienes
soñamos que otro mundo es posible con la educación como vía seguiremos luchando.
Aquiles Hervas Parra
24 de
febrero de 2016