viernes, 31 de marzo de 2017

SOLO VOTAR ES NO VOTAR




Durante cada período de años asistimos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto, herencia de la lucha contra las monarquías, constitucionales o no, y traslado del poder hacia el pueblo (demo kratia), nueva sede de la soberanía.  Sin embargo ¿Tenemos realmente el poder? Por supuesto que no y eso no significa que renunciemos al derecho a votar como algunas tendencias abstencionistas que crecen a nivel mundial proponen, sino que evidencia que leímos incompleta la historia y revisamos a medias el catálogo edificado por la democracia liberal, que si bien está plagada de deficiencias es la diacronía en la que nacimos y a la cual debemos transformar.  Sí fuese al menos respetada en sus fundamentos elementales, otro fuera el estado de las relaciones sociales, los poderes se llenan la boca del discurso democrático aunque en la realidad lo corrompan y vicien de múltiples maneras, el capital es incoherente con sus propios principios.  Retomando, el reduccionismo del ejercicio democrático a la actividad sufragista es la base muerta de la posibilidad social de ascenso al poder común o empoderamiento colectivo.  En dos días vamos a ejecutar nuestro legal derecho a elegir mandatario, gran proporción de los votantes trasladarán su soberanía a un ejecutivo, empero grandes cantidades de éstos votantes están movilizados por el odio y el miedo más que por la convicción y la esperanza. Si bien es cierto que una y otra alternativa reúnen votantes que confían en sus planes de gobierno, no menos es que quien llegase a triunfar lo hará apoyado por el porcentaje que el miedo y odio (anti-voto) que se tiene hacia la otra opción contrincante traslada a su favor, esa de por sí ya es una base endeble para la democracia y debilita el futuro de cualquier tejido de gobierno.  Los pueblos estamos obligados a aprender de nuestra historia: cuando las coronas de Castilla y Aragón invadieron el territorio del Abya Yala (hoy Latinoamérica) los respectivos “conquistadores” establecieron pactos con pueblos menores colindantes a los Estados centrales del territorio indoamericano, ofrecieron a éstos una supuesta liberación a cambio de que batallen contra sus respectivos jefes mayores; Imperio de los Incas para el caso del Tawantinsuyo en Sudamérica e Imperio Tenochca para el caso de los mexicas-aztecas en Mesoamérica.  Es así que en las campañas de penetración, los ejércitos españoles contaban en sus filas con pueblos aliados del propio territorio (por ejemplo Punos y Talxcaltecas, entre otros) a los cuales de ninguna manera podremos calificar como traicioneros tal como nos ha querido manipular la historia oficial, estos pueblos tenían el legítimo derecho de ver en la irrupción española una oportunidad de salida para el ejercicio hegemónico que los imperios tenían sobre sí, lo que sucede es que el sentimiento de miedo u odio hacia quien gobernaba les hizo confiar ciegamente, sin garantía alguna, con asesinos disfrazados de liberadores.  El resultado posterior fue sin lugar a dudas la muerte, esclavización, sometimiento, explotación, encomienda, mita, violaciones, ultrajes y colonización de parte de los nuevos falsos amigos a todos los indoamericanos sin distinción de aliados o enemigos (tremenda semejanza a lo que ha pasado con las clases medias una y otra vez estos cincuenta años).  Metáfora histórica del simple voto sin organización posterior, solamente ejercerlo por sentimientos que aunque legítimos resultan ahistóricos es empeñar el futuro y menguar la democracia, equivale a no votar.  De lo que se trata es de organizarse, articular lo común en las raíces de lo popular, poder del pueblo significa democracia, volvamos esa abstracción una verdad concreta.  Gane quien gane en la actual contienda, el ciclo que se acerca para Ecuador y Latinoamérica es fuerte e intenso, quizás de largo aliento, y en ese sentido, no podemos, bajo ninguna justificación, esperar a que las olas nos revuelquen mal parados, se trata de empezar a construir barcos fuertes y consistentes para encarar tempestades pero también para abrirnos rumbo a grandes y nuevos océanos de futuro.

Aquiles Hervas Parra
31 de marzo del 2017

sábado, 25 de marzo de 2017

LA LEALTAD




¿A qué se es leal? Algunas reflexiones ambiguas sentencian que la lealtad se dirige a los principios más no a las personas, sin embargo éstos no son abstracciones que reposan en las nubes, los ejercen las personas, los proyectos y los procesos, por lo tanto la lealtad se enfrenta a la decisión breve, rápida y momentánea de tomar postura ante circunstancias que confrontan en un mismo escenario a valores y miedos.  Se trata finalmente del riesgo y el temor, salir de la conveniencia personal y beneficios  arriesgando perder un interés o comodidad concreta, pero por supuesto para ello se requiere destruir la potente sensación y estado del miedo.  Son los cobardes destinados a ser desleales permanentemente, ese estado durará el tiempo que demoren en confrontar su turbación, si es que lo logran, porque sin lugar a dudas no existe manera real de ser leal sin correr riesgos y perder algo.  No se tiene que compartir exactamente las mismas ideas para mantener fidelidad a proyectos comunes, generalmente la cobardía toma como justificación la diferencia al emprender las deslealtades, y en esa empresa procuran salvar su consciencia quienes han vendido sus posturas a cambio de algún interés, confort, seguridad, etc.  Que no se confunda tampoco esta afirmación con el abuso de algunos pseudo líderes plantean a sus seguidores sumisión, transformando obediencia silenciosa en lealtad directa a las acciones injustas y contrarias a la ética consensuada o compartida, más no a los procesos.  Es sencillo evaluar la una u otra posibilidad, los principios tienen raigambre de origen y trascienden al tiempo, las acciones son pasajeras y por tanto no fungen como evaluación de actos y sujetos; será la historia y los actores sociales quiénes puedan distinguir acciones viles de principios coherentes, separar así entre cobardes y tiranos para saber, además, sancionarlos.  El dicho popular de origen bíblico dice “venderse por un plato de lentejas” (en el texto religioso original era un guiso rojizo), el detalle es que en tal precepto el hermano vende sus propios derechos de primogénito mayor a cambio del simple plato ofertado por su hermano menor, la colosal diferencia es que en la mayoría de deslealtades, quien traiciona por miedo o ambición vende a los ajenos, vende al amigo, compañero de lucha, familiar, equipo, proceso, proyecto, utopía que le pertenecen muy parcialmente pero que comparte con otros y otras: vender una lucha, proyecto, sueño o ideal por unas cuantas sencillas lentejas que se acabarán en el tiempo es un acto vil de miseria y ruindad.  El cobarde o ambicioso por su acción desleal recibirá inevitablemente poco, serán ínfimas las lentejas para el tamaño, potencia y valor de un principio compartido y por lo tanto su momento de tranquilidad o gozo se convertirán en frustración amargura y vergüenza del futuro.  Es ley de vida, sentencia de la historia. 




Aquiles Hervas Parra



24 de marzo del 2017

viernes, 10 de marzo de 2017

QUEMAN HOY A LAS NIETAS DE LAS TRABAJADORAS DE AYER




Se conmemora el Día Internacional de la Mujer el ocho de marzo de cada año en recuerdo de las trabajadoras que murieron incendiadas debido a que la fábrica para la cual trabajaban en condiciones de explotación y por lo cual cual emprendieron protesta por sus condiciones laborales las encerró a pesar de haberse alertado la presencia de llamas en el interior, un total de 123 obreras murieron aquel día.  Este año 2017 en Guatemala mientras en el planeta entero se organizó un Paro Mundial de Mujeres contra la violencia general e institucionalizada del sistema y la sociedad hacia el género femenino, en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, casa en la cual convivían niñas y adolescentes sin familia con infractoras de varios tipos la circunstancia se repite; tras un amotinamiento que demandaba acciones contra las múltiples violaciones sexuales y falta de atención mínimas en sus derechos por parte del Estado y las autoridades del lugar, miembros de la casa hogar literalmente las encerraron con llaves a pesar de que adentro se producía un incendio voraz, es así que 33 seres humanos se calcinaron en el fuego.  Muchos intentarán ocultarlo, in-visibilizarlo o relativizar estos temas, pero es precisamente esta escena cruel y repetida un siglo después el resumen de la violencia sistemática y construida que le damos a la mujer en la sociedad actual.  Ayer fueron brujas, hoy putas, mañana nos inventaremos cualquier epíteto con el cual justificar la muerte progresiva y el dolor que ocasionamos (o no enfrentamos) al género opuesto por el delito de haber nacido mujeres.  Este año apenas tres días después de la multitudinaria e internacional marcha “Ni una menos” a raíz del brutal asesinato de una joven local en Argentina, un triple femicidio espeluznante y cruel en la misma localidad mostraba el lento avance y el nivel de dificultad que va a implicar acabar con la oleada de crímenes y muerte por motivos de género.  Mientras este miércoles en el mundo y toda Latinoamérica miles de mujeres marchaban y declaraban un Paro Mundial de Mujeres, en Guatemala treinta y tres niñas sucumbían quemadas y en nuestro país Ecuador las redes se plagaban como trending topic a #LadyTantra un episodio grotesco de calificaciones morales sobre una mujer, grabación de video que cubrió todas las redes sociales e hizo sombra y ruido a las decenas de marchas, plantones y actos donde las mujeres simplemente pedían la sencilla pero tan pendiente premisa de -Nos queremos vivas-.  Ni un segundo para el miedo, hombro a hombro a erradicar la violencia y muerte por motivos de género, aunque las nietas de hoy sean flageladas con el mismo terror que las abuelas de ayer, un fantasma recorre el mundo, el fantasma de la liberación de la mujer y lograremos que éste si se materialice.

 Aquiles Hervas Parra
10 de marzo del 2017