La verdadera izquierda no está en
el gobierno y los explotados mucho menos en la oposición. Este caos y desorden social ha puesto en un
rompope confuso todas las posturas, y, definitivamente este conflicto no
describe de ninguna manera la lucha de clases que caracteriza la historia. Me preocupa tanto volver al pasado como que
el pasado esté sigilosamente gobernando en la actualidad. Al parecer todo indica que ésta no es una dicotomía
entre sectores sociales, sino la riña constante de grupos económicos que se han
dividido por tradición el pastel de nuestro amado país.
No nos dejemos engañar por el
gobierno y mucho menos por la camaleónica oposición, los dos mienten, y lo
hacen de una forma cada vez más descarada.
En un lado pretenden convencernos de que la ley de herencias es un acto
redistributivo de orientación ideológica popular, una especie de medida de
Economía Política, no señores, no somos pendejos, la medida forma parte de un
clásico instrumento de Política Económica, tradicionalmente keynesiana, nacida
además de las recomendaciones efectuadas en este año por el Fondo Monetario
Internacional para sostener el decadente capitalismo que está en permanentes colapsos,
una forma de sacrificio de una parte minoritaria de los ricos de las naciones,
aquellos de patrimonios familiares, medida que a escala mundial es pensada para
precautelar los capitales de las transnacionales que no mantienen sus recursos
en los países sino en paraísos fiscales libres de obligaciones, y, que por
tanto no están vulnerables a las leyes fiscales del Estado.
Sí el gobierno quiere mentirnos
al mostrarse de repente como radical o progresista, al menos dele hilo a la
mentira: queremos la redistribución de
la riqueza de las compañías mundiales asentadas en territorio nacional, solicitamos
el control de precios de los especuladores inmobiliarios, exigimos la postura
contundente contra el libre comercio camuflado en el acuerdo con la Unión Europea,
demandamos la nacionalización o mínimo control de abusos en tarifas de las
telefónicas que funcionan en el país, este momento hacer realidad la reforma
agraria que responda a las luchas históricas de nuestros pueblos y nacionalidades,
dónde están tantas y tantas cosas agendadas a raíz de la Constitución en
Montecristi.
Señor Presidente, Rafael como te
dejabas decir antes: ¿le indigna el argumento arribista de la clase media? Eso
es lo que usted ha enseñado con los centenares de discursos sobre el
crecimiento económico capitalista moderno y la eficiencia material, en vez del
Buen Vivir Andino -Sumak Kawsay- de nuestros ancestros, que plantea reducir el
consumo y motiva la búsqueda de la felicidad a través de lo simple y
equilibrado.
Pero, y en esto quiero ser
clarísimo, de la misma manera y con igual acento me dirijo a los partidos
oportunistas de la derecha banquera y asesina que nos quieren hacer creer que
están de lado de los oprimidos. A
ustedes gajo de burgueses mediocres que han tenido al país sumido en la
exportación de materias primas o la importación de bienes de consumo durante
doscientos años, a ustedes que nos mienten cuando dicen que trabajan, siendo el
real esfuerzo laboral el de sus obreros o empleados explotados y abusados, a
ustedes les decimos que tampoco somos giles. No los olvidamos ni los olvidaremos, nuestros
recuerdos están plagados de sus robos, desfalcos y atracos, del sufrimiento de
nuestras madres y padres, la angustia de los abuelos no perderá nuestra memoria.
Hambrientos pescadores a río revuelto
detrás del poder, de la administración de lo público, de la torta. Suyas podrán ser las cámaras y los micrófonos,
pero nunca las calles, estoy seguro que culminan las jornadas hastiados del sol
y asqueados de la caminata, con los pies ampollados porque jamás caminan, no
han tocado zona de pueblo.
Al gobierno y a la oposición les
decimos: nadie nos va a utilizar, no somos la carne de cañón de sus discursos
ni mucho menos el instrumento al servicio de sus intenciones, al Presidente y
al banquero, a los verdes y a los blancos, los jóvenes sabemos de Economía y
leemos Historia, no le creemos a los unos su falsa postura socialista ni mucho
menos a los otros su manipulada rebeldía, esta no es una bronca de izquierda
contra derecha, es la riña de la derecha vaga y clásica frente a la porción
creciente de otra derecha neoliberal en el seno del Estado, es bronca de unos
ricos que no gobiernan versus otros ricos (y aspirantes a ricos) que han ganado
casi todo el espacio del régimen.
El gobierno está acelerando de
una manera monstruosa la cantidad de errores políticos de tacto y traiciones a la
agenda popular, le quedan cada vez menos oportunidades de rectificación, no le
hacen un favor al pueblo si enmiendan su línea, se lo hacen a ustedes ante un
evidente y acelerado suicidio, el pueblo no fenecerá por su ausencia, si los
banqueros llegan al poder será sola y exclusivamente por su responsabilidad y a
nosotros nos corresponderá lo que por historia el pueblo ha hecho: luchar,
luchar y buscar la utopía ideológica del justo gobierno para las mayorías, la
radical eliminación de las severas brechas de desigualdad, la no explotación, la lucha decidida contra la corrupción, para
la dignidad, la vida y esa pendiente felicidad social que aún queda por
construir.